El Parkour en la escuela, un instrumento educativo. Un aprendizaje diferente.
Existe un mundo por descubrir más allá de los saltos.
Sabemos que el Parkour en estos últimos años, ha tenido una gran relevancia y se ha ido introduciendo cada vez más en la sociedad, siendo una forma de movimiento y un método de entrenamiento practicado en muchos lugares del planeta. Además de su expansión en todas las partes del mundo como disciplina y deporte (en algunos países), existen muchísimos ámbitos donde podemos aplicarlo para el beneficio físico, mental y social de quien lo practica. Cada vez más, van apareciendo nuevos proyectos donde vemos que se aplica el Parkour como complemento de algunas materias o ámbitos.
Pero, ¿Para qué hacemos Parkour? Es una gran pregunta que muchos desconocen, tanto practicantes como personas que solo lo han visto desde fuera.
Tenemos Parkour en las noticias, en internet, en las películas, en videoclips, en espectáculos, etc. Pero esto es sólo una parte que llama la atención, y que no explica los beneficios reales que nos aporta, haciendo que se cree un estereotipo muchas veces equivocado en la mente de una persona cuando le nombramos la palabra Parkour, siendo esta una impresión de lo que se ha ido vendiendo como un tipo de información.
La realidad es que el Parkour es una disciplina más segura de lo que nos ofrecen o de lo que podemos observar a simple vista. Aunque al estar etiquetado por la visión de la sociedad nos cuesta ver los beneficios que podemos conseguir a través de él, y, por consiguiente, cuesta ver dónde podemos aplicarlo. Es muy fácil nutrirnos y conseguir esos beneficios de la disciplina, lo difícil es romper con el estereotipo negativo ya creado, y que relaciona Parkour con peligro.
El Parkour no es peligroso, peligrosa es la desinformación que existe.
¿Por qué introducirlo en el ámbito educativo? Es simple, el Parkour es una herramienta educativa desde sus orígenes y conlleva unos valores asociados por su esencia. Unos valores que cada vez más cuesta trabajarlos en la escuela actual o bien se pasan por alto porque no encontramos instrumentos innovadores y que llamen la atención del alumno. Cuesta encontrar recursos, o más bien aplicarlos debido al desconocimiento, por lo que nos encontramos con monotonía y actividades rutinarias que no propician la motivación y la inclusión, actividades que no atienden a los cambios, recayendo en las mismas tareas de siempre desde 1º de Primaria hasta 2º de Bachillerato en el área de la Educación Física.
Es la hora de dar un cambio, de probar cosas nuevas que funcionan y que favorecen a la Educación. Y el Parkour funciona, desde mi experiencia, comprobándolo y viendo el progreso en alumnos/as de un Instituto de Sevilla, en el que imparto clases extraescolares. Funciona porque es lúdico, significativo, creativo y además saludable.
Los alumnos saben que el parkour tiene una utilidad, cosa que se olvida muy a menudo (nos quedamos con lo aparentemente malo y olvidamos los beneficios). Mis alumnos saben que pueden utilizarlo para algo; para salvar a un animal, para ayudar a las personas, para escapar de un incendio, para tener cuidado cuando subo o bajo unas escaleras, para transportar a un amigo que se ha lesionado, etc. No sirve para caernos, sino para reducir el porcentaje de caídas en tu vida diaria y cotidiana.
Saben que es algo útil, que les hace fuertes de mente y de físico, y además les divierte.
Cada vez son más los profesores que se interesan, pero no saben cómo hacerlo o tal vez, desconocen qué objetivos o competencias van a trabajar con la disciplina. Con el Parkour se trabajan todas las competencias: desde la competencia matemática hasta la de aprender a aprender.
También se fomentan multitud de valores, como hemos recalcado anteriormente, que nombraré a continuación, puesto que pienso que es lo más importante de lo que se da como consecuencia del trabajo con el Parkour: Humildad. Respeto. Creatividad. Educación. Autosuperación. Autocontrol. Cooperación. Compañerismo. Autoestima. Seguridad. Autoconocimiento. Igualdad. Responsabilidad. Amistad. Libertad. Motivación. Solidaridad, entre otros muchos, pudiéndose observar en cada sesión.
Sólo necesitamos adaptarnos al entorno y al espacio del que disponemos, y si es necesario podemos complementar el aprendizaje con plintos, colchonetas, aros, vallas y bancos suecos, por ejemplo.

Por otro lado, existen cuatro aspectos muy importantes que debemos atender y tener en cuenta en la enseñanza del Parkour:
Carácter lúdico
Con el parkour trabajamos nuestras capacidades, métodos de entrenamiento y seguridad, trabajamos tareas serias pero que no pierden el componente lúdico y divertido, que es lo que hace que el trabajo no se convierta en rutina, sumergiendo al alumno en el juego, un juego que les conduce al aprendizaje mediante el descubrimiento.
Cooperación y no competición
A pesar de que el Parkour se practica de manera individual, la forma de trabajo es mayormente cooperativa, los alumnos se centrarán en crear estrategias para solucionar problemas. “Yo te ayudo a ti, y tú me ayudas a mí”, porque no existe competición, existe una meta que es el aprendizaje, no el ganar o el perder. Estamos acostumbrados a la enseñanza desde un punto de vista muy competitivo, el que tiene más capacidades siempre gana. Debemos tratar de omitir toda muestra de rivalidad, juegos de ganar o perder, o la eliminación. Los alumnos empezarán a entender que lo hacen para conseguir una utilidad y un objetivo común.
El fallo
Si no lo consigues, inténtalo de nuevo. Repetir la tarea de nuevo porque te has equivocado no es malo, aprender del error es necesario para que los alumnos sepan por qué lo hacen. Parece que existe una demonización del fallo en la escuela: “Si no lo haces bien en un número máximo de tres veces, no aprobarás”. Hay que indagar y descubrir para aprender, hay que ser constructivos y entender qué es lo te conduce a hacerlo mal. Hay que dejar que los alumnos intenten hasta que lo consigan. Diría que es el claro ejemplo para usar una metodología enfocada en el descubrimiento del alumnado, haciendo partícipe a él mismo.
Finalmente, me gustaría mostraros más ideas pero me extendería demasiado y resultaría pesado, así que me lo guardo para otra ocasión, espero que disfrutéis de una pequeña parte de lo que hacen mis alumnos en este vídeo. Existen multitud de ámbitos en los que podemos trabajar con el Parkour, mi enfoque ha sido hacia el de la Educación Física y la Inclusión Social, en el que veo un un instrumento de educación muy potencial e innovador que nos permite enseñar de un modo eficaz, tanto en aspectos metodológicos, objetivos, contenidos y competencias, como en valores.
Espero que os haya acercado a una nueva forma de enseñar.
El parkour es un camino educativo.
Toni Cabrera Richarte.